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Sacarle el máximo partido a 100 metros cúbicos, eso es lo que han hecho los arquitectos madrileños de MYCC con este estrecho y alto apartamento, hasta lograr un lugar agradable en el que vivir, dónde cada estancia tiene su propio espacio delimitado, sin que por ello el conjunto resulte angosto, sino todo lo contrario. En un proyecto de estas características, con mucha altura que aprovechar y muy pocos metros de suelo, la clave está en la sección longitudinal, con la que comprenderemos de un solo vistazo cómo se ha logrado organizar el apartamento. Esta sección es el vivo ejemplo de que a menudo, un plano vale más que mil imágenes, porque en este se resume perfectamente toda la distribución de la casa. Normalmente es un planta, en este caso una sección, pero gracias a ella ahora entenderemos mucho mejor todas las imágenes. En portada hemos podido ver las dos fotos con las que también se puede resumir el piso, a falta del baño, que veremos a continuación. Como se puede observar, desde la puerta de entrada accedemos a la cocina tras subir dos escalones. Es una cocina tipo pasillo, con una barra con los fuegos y el fregadero y, al otro lado, un gran armario corrido que intuyo incluirá la nevera. No es el mejor sitio la entrada para ubicar una cocina, pero teniendo en cuenta que bajo ella debe estar el baño --por una cuestión de racionalidad de desagües-- es mucho mejor de esta manera que colocándola al fondo ,donde se ha ubicado el despacho y el dormitorio, ya que si no al entrar a la vivienda, el fondo de perspectiva es precisamente el baño. Además, está el asunto de la luz, ya que en el lado opuesto a la puerta se encuentra un gran tragaluz, que ilumina toda la zona de estudio, creando un espacio realmente agradable en el que trabajar. Bajo el despacho, que está comunicado por una escalera de mano, encontramos el dormitorio, bien cobijado y a la sombra. Entre ambos extremos se situa la zona de salón, que es quizás la menos conseguida de todas. Un pequeño diván hace las veces de sofá, y aunque no vemos ni ninguna televisión, tal vez oculta por alguna trampilla, tampoco hay demasiada anchura como para verla cómodamente. El baño, para lo pequeño de este apartamento de 100 metros cúbicos, es realmente amplio, hasta hay sitio para una ducha y una bañera; todo un lujo. La única pega que le veo es que, tal como está organizado, no hay un espejo frente al lavabo, sino a su espalda, lo cual puede resultar un engorro en las tareas diarias de afeitado o maquillaje. Tampoco me entusiasma el tono general de la decoración, demasiado aséptico y poco vivido. Por muy minimalista que uno sea, al final tiene que asumir que en la vida se necesitan objetos que ocupan espacio y detalles que aporten calidez, y aunque hay algunos cuadros y hasta una gran planta, echo en falta un poco más de realidad. No obstante, que estas pequeñas pegas no empañen la magnífica impresión que me ha dejado el gran trabajo de los arquitectos de MYCC en este minúsculo apartamento perfectamente aprovechado. A pesar de lo estrecho que es, resulta un lugar agradable en el que vivir. Vía | Designboom Más información | MYCC

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