Esta idea me parece buena por dos motivos: primero porque podría formar parte de los planes de "Decoración anticrisis" y segundo porque queda bastante bien, la verdad. Esta foto la ha enviado una lectora de Casa Sugar, que, al igual que los lectores de Decoesfera, estaba deseando enseñar su casa.
La combinación de dos espejos vintage no sólo ha conseguido aportar algo de sorpresa a una estancia tan "predecible" como puede ser un cuarto de baño, sino que además ha recuperado dos piezas de decoración que de otra manera estarían abocadas a acabar en la basura o en otros usos menos lucidos. Me parece muy atrevido combinar un espejo ovalado con otro más cuadrado y no tiene por qué quedar bien en cualquiera de los casos, pero lo cierto es que el efecto es perfecto.
Para acabar el cuarto de baño vintage ha encastrado dos senos dentro de un banco de trabajo de carpintero que ha pintado de blanco, suponemos que con alguna pintura resistente al agua, con lo que además logra un efecto rústico reforzado con la cesta para las toallas que hay debajo. Esta parte de la decoración os la recomiendo encargársela a un profesional a no ser que seáis muy manitas porque os exponéis a cortar demasiado la madera y que los lavabos acaben en el suelo al menor golpe (no, no estoy sugiriendo que los golpeéis vosotros mismos). Además un experto os puede orientar sobre la mejor manera de barnizar y cuidar las maderas del cuarto de baño que tienen más problemas con la humedad y el desgaste que por ejemplo la de los muebles del salón.
El único "pero" que le encuentro al baño es que sea todo todo blanco porque no sólo dificulta su lavado (hay veces que un baño o una cocina blancos dan la sensación de estar siempre sucios o a medio limpiar) sino que es demasiado monótono y aséptico, como de hospital. Precisamente por eso me encanta que se hayan arriesgado a poner los dos espejos distintos para crear esa sorpresa en el visitante, lo inesperado en una habitación que sin ellos sería bastante sosa.
Imagen vía | Casa Sugar