Hemos visto... las habitaciones del Elipsos trenhotel

Hemos visto... las habitaciones del Elipsos trenhotel
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La semana pasada tuve la oportunidad de participar en un viaje para conocer la gastronomía de la región centro del Valle del Loira (que pronto veréis en Directo al Paladar). Entre las particularidades del viaje estaba que en vez de ir en avión, hicimos el trayecto en el trenhotel que conecta de noche Madrid con Orleáns y Paris.

Me hacía mucha ilusión porque aunque he viajado mucho en tren, nunca lo había hecho en uno con camas y compartimentos, por lo que sentía curiosidad de ver cómo eran las habitaciones en el Elipsos trenhotel. Como suponía que a vosotros también os intrigará un poco (no es una forma de viajar habitual), he pensado compartir la experiencia con vosotros.

Así que venga ¡Pasajeros al tren!

Habitación elipsos trenhotel - habitación

Lo primero que sientes al entrar es una pequeña regresión a todas las películas que has visto en las que los personajes viajan en tren y, en vez de los asientos habituales en nuestro país, los pasajeros van sentados en compartimentos (en los que siempre muere alguien o se producen encuentros lujuriosos) unidos por un largo pasillo en el que se producen interminables persecuciones a lo largo del tren (y es muy largo).

Como íbamos invitados, nuestras habitaciones eran "Gran clase", es decir, dobles con baño en vez de las clásicas de cuatro personas con la mesa en medio, y por lo tanto un poco más pequeñas, pero con la intimidad de viajar con menos desconocidos y usar un baño privado con ducha.

Habitación elipsos trenhotel - vistas

La habitación es cómoda y agradable, pero sin demasiados lujos estéticos, salvo las vistas, que son una maravilla. De día dos asientos mullidos pero no reclinables permiten viajar viendo pasar el paisaje por la ventana (hasta que anochece, claro), y por la noche se despliegan dos literas ocultas en la pared para dormir a pierna suelta.

Aunque había sitio para dejar las cosas y guardar las maletas, eché en falta una pequeña mesa plegable para poder apoyar el ordenador cómodamente y, puestos a pedir, una tele. Pero por lo demás era una habitación de hotel en miniatura, con climatización, teléfono interno y otras pequeñas comodidades.

Habitación elipsos trenhotel - baño

Una vez desplegadas las camas con un sencillo e ingenioso sistema (en mi caso una, porque viajaba solo), podemos disfrutar de un plácido sueño al vaivén del tren. El colchón y las almohadas son cómodos, aunque la cama un poco corta si eres alto (no lo soy especialmente y cabía justito). Lo mejor es amanecer viendo pasar la campiña francesa del valle del Loira.

El baño, aunque diminuto, estaba bastante bien diseñado. Nada más entrar está el inodoro y, enfrente, el lavabo con un amplio espejo y sitio suficiente para dejar el neceser y los diferentes artículos de aseo personal. La ducha resultaba un poco angosta al principio, pero enseguida disfrutas del agua caliente mientras piensas en todo lo que vas a hacer ese día que tienes entero por delante.

Esto último quizás sea la mejor virtud; una noche bastante agradable que te permite despertarte a primera hora de la mañana en la ciudad a la que quieres viajar, y con precios razonables si se planea el viaje con antelación (desde 93 euros en habitación cuádruple y 186 euros en gran clase).

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