Hay muebles de los que uno más o menos sabe cuantos quiere, me refiero a las camas, los armarios, los sofás, las mesas de comedor... pero cuando hablamos de muebles más pequeños como sillas, pufs o mesas auxiliares, es difícil concretar el número ideal para cada casa y es que no solo cuenta el número de habitantes, también el de invitados.
Por pocos que seamos en casa, si organizamos una comida o algún tipo de evento podemos reunirnos un montón de gente y en ese caso no habrá asientos que lleguen, cuando invitamos a amigos y a familiares necesitamos asientos extra para acomodarlos y tampoco nos vienen mal mesas auxiliares en las que servir aperitivos o bebidas. De ahí que un elemento simple como puede ser un cubo de madera, capaz de realizar las dos funciones, pueda ser una buena idea.
Aunque a mi me gusta más el cubo directamente apoyado en el suelo y con todas sus caras cerradas, también hay la versión abierta y con patas, que sirve además de como asiento y como mesa, también para almacenaje. La idea es disponer de un mueble auxiliar versátil, que resulte decorativo y al mismo tiempo que sea altamente funcional.
El cubo ocupa lo que cualquier pequeño asiento o mesa auxiliar, pero si son varios tiene la ventaja de poder apilarse. En su superficie podemos apoyar todo tipo de objetos, por lo que nos puede servir como mesa fácilmente y si queremos sentarnos en él, podemos añadir un cojín o algo acolchado para que resulte más confortable, pero también como asiento puede resultar perfecto.
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