Casas poco convencionales: un oasis en Nueva York

Casas poco convencionales: un oasis en Nueva York
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Lo que un día fue un techado de alquitrán, es hoy un auténtico oasis en Nueva York. Quien diría que esta vivienda rodeada de árboles, alfombrada de césped y madera, en cuyo jardín corretean las gallinas, está enclavada en el corazón de Nueva York. Bien podría tratarse de una pequeña parcela que por arte de magia hubiera aparecido, de pronto, suspendida entre azoteas.

Este magnífico ático, está ubicado en Little Italy, entre las calles Grand y Baxter. Desde la terraza se puede ver la cúpula del antiguo edificio de la policía, hoy convertido en apartamentos de lujo. La gran belleza de la cúpula, inspirada en Los Inválidos de París, contrasta con los dos depósitos de agua, típicos de la ciudad, situados en la cubierta.

Después de dejarnos tentar por la belleza de este edificio, volvemos a centrar nuestra atención en el ático de Chris y Lisa Goode, una joven pareja relacionada con la industria cinematográfica y propietarios de una empresa que realiza proyectos de ajardinamiento de azoteas.

El exterior es un sueño urbano construido sobre la cubierta de un edificio, una vivienda en la que la vida al aire libre tiene gran importancia. El tejado aparece totalmente ajardinado, en una combinación de césped, madera, árboles y flores. La zona más cercana a la casa se presenta ordenada por una tarima de madera que delimita el espacio y permite el paso, mientras que más allá las flores silvestres crecen de manera exuberante en enormes macizos.

Un grupo de cinco pollos vive habitualmente en este jardín, en el que en otro tiempo hubo incluso una colmena. También destinan un espacio a plantar hortalizas y recolectan los frutos de los árboles, en un ejemplo de autoabastecimiento urbano.

El interior es luminoso gracias a los ventanales traslúcidos que recorren toda la pared junto a la escalera. A través de ellos la vegetación se deja ver tenuemente, aportando un interesante juego de sombras. Con estos mimbres, pocos o ningún detalle decorativo son necesarios en la entrada.

El salón presenta una decoración sencilla, sin grandes sorpresas. Un ambiente un tanto frío en el que se dan cita muebles y obras de arte con firma. La mesa de centro es un conocido diseño de Saarinen y el cuadro que vemos en lo alto de la chimenea es de Warhol. Una gran alfombra marroquí Beni Ouarain, compensa la aparente frialdad, ofreciendo un mullido rincón de descanso.

El amplio comedor es otro ejemplo de austeridad. No encontramos nada superfluo en esta habitación. La gran mesa de comedor es el elemento en torno al cual gira la estancia, aquí se viene solo a comer o cenar. La luz abunda gracias al ventanal en esquina, que se protege, cuando es necesario, con unas cortinas en color arena.

En el despacho de Lisa encontramos más calidez, gracias al papel pintado de fondo. Saarinen vuelve a prestar su diseño, presente en la mesa de estudio. Esta forma un extraño trío junto con la silla de despacho y las dos sillas de cortesía, de estilo clásico y tapizadas con un tejido a rayas. Las paredes laterales están bien aprovechadas ofreciendo un gran espacio para almacenaje. La lámpara de techo, en rojo brillante, da equilibrio y un punto de picardía al despacho.

La luz inunda la cocina, un espacio funcional en el que predomina el acero inoxidable. Aquí se cocinan los productos recolectados en el huerto del jardín, hortalizas, huevos y otrora miel.

Cocinar ante este gran ventanal debe de ser una delicia, teniendo el cielo de Nueva York frente a sí mientras se trincha un pavo...

Imágenes vía | Apartment Therapy Más información | Goode Green

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