Los colores y texturas de la Navidad

Los colores y texturas de la Navidad
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Verde, rojo y blanco han sido desde siempre los colores típicos de la Navidad. La leyenda urbana dice que estos dos últimos se los debemos a Coca-Cola que remodeló la imagen de Santa Claus en el año 1931. Pero existen documentos que confirman que antes de esa fecha, ambos colores eran comunes en la vestimenta religiosa. Sea como fuere, no podemos evitar relacionarlos con las Pascuas.

En mi niñez, la Navidad se vestía de bolas brillantes en muchos colores, y el espumillón era imprescindible, envolviendo los abetos y colocado en cualquier rincón de la casa. La Navidad era una explosión de color y brillo.

Pero hoy en día el abanico de colores y texturas se ha abierto, dando lugar a combinaciones nunca vistas antes. Este año hemos podido observar como el negro y el naranja toman lugares destacados en algunos catálogos. El azul y el púrpura hace tiempo que nos acompañan estas fechas y hay un color que a mi me gusta especialmente para la decoración navideña: el blanco. Una tonalidad que evoca el frío del invierno y la nieve, relacionada en muchos países con estas fechas.

El brillo se viene sustituyendo o atenuando con adornos mates. La madera virgen ha ganado un gran terreno, encontrándola en bolas, guirnaldas y demás adornos. Los muñecos, que hace años eran de plástico, ahora se realizan en tela, corteza o punto. Este año el fieltro ha ganado terreno, estando presente además de en los adornos, en manteles y bajoplatos troquelados.

Las bolas siguen estando ahí, y nunca dejarán de ser protagonistas. Hace años eran muy caras, ya que se hacían de cristal opaco, brillante o satinado. Montar el árbol era una tarea delicada ante el riesgo de que alguna de ellas se rompiera. Hoy en día solo los catálogos más exclusivos ofrecen cristal, y la mayor parte de ellas se hacen de plástico, ganando en resistencia y abaratando el precio de manera significativa.

Las plumas también se dejan ver en bellas bolas o en boas que sustituyen al espumillón a la hora de adornar el árbol. La lana se transforma en adornos de punto o ganchillo, y el hilo de yute envuelve estrellas y bolas. La entrada de estos materiales en la decoración navideña ha permitido a muchos aficionados a las manualidades crear sus propios arreglos, dando como resultado una decoración personal y con ecos de reciclaje.

Las piñas de plástico se han sustituido por piñas naturales, recogidas en otoño en el bosque para hacer con ellas cadenetas, coronas y colgantes. Y hablando de coronas, este es otro de los elementos que cada vez está más presente. A la típica corona verde le han seguido otras interpretaciones, hechas con tela, ramas, flores, e incuso con pequeños muñecos.

En definitiva, el abanico de la decoración navideña se ha abierto de tal manera, que cada uno podemos ser los propios artífices de unas fiestas personales y diferentes, ya sea comprando o realizando nuestros adornos.

Imágenes vía | TusWalparersGratis, FotoLibre En Decoesfera | Ganchillo y color ciruela para tu mesa de fiesta. ¿Te atreves?, Navidad 2008

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